Muy
pero que muy buenos días, quinceañeros!!!
Asumo
desde ya que soy un descastao en toda regla, que no tengo perdón por haber
perdido tan bonita y alabada tradición de la que sé que depende la felicidad de
muchos de vosotros. Igual he perdido mi magia y me toca recuperarla en este
2016, o igual para motivarme deberíais empezar a hacer crowfunding y pagarme algo por entreteneros, chavales.
No
quería perder la oportunidad de al menos enviaros un último post del…jueves en
este caso (sí, jueves, me lo acaban de confirmar desde el servicio
meteorológico) para desearos unas Felices Fiestas y un Feliz Año 2016…
Dios,
qué bonito a la par que soso me ha quedado, ¿no? Bah, para qué nos vamos a
engañar, yo lo que quiero es sermonearos un rato y quedarme tan pancho.
Expresión la de “quedarse tan pancho” por cierto que proviene del nombre que se
le daba al cinto en la Edad Media en ciertas regiones de Mallorca, donde condes
de la zona después de las grandes comilonas tenían tradición de sentarse en
sillas que ponían en fila de cara a los acantilados de la zona a ver el mar y
descansar. Se ponían de espaldas al resto de los invitados que continuaban la
fiesta, para poder sacar barriga tras haberse puesto púos y así nadie les veía
cómo les crecía en comparación con la que aparentaban tener mientras comían,
pues el postureo no se ha inventado ahora y por entonces se ve que también eran
mú de eso. Y como el cinto/pancho obviamente les crecía e incluso había algunos
que se lo desabrochaban del todo, pues ahí está la expresión.
A ver
chavales, por no desviarme, aunque sea un topicazo, toca hacer memoria. ¿Qué
hemos hecho este 2015? Lo digo porque al principio de este año os envié una
felicitación donde os proponía una serie de cosas que hacer, véase:
“- Cocinar como regalo para
alguien que nunca habéis cocinado
- Hacer un
voluntariado
- Iros a dar un
paseo solos por el parque o un sitio que os guste con vuestra música preferida
- Leer todos
los días e informaros sobre algo que tengáis curiosidad (o bueno venga, una vez
a la semana al menos mamonas)
- Comprar en
una tienda de comercio justo
- Ver un
documental (¿y por qué no uno que NO sea de La 2 para la siesta?)
- Probar una
comida exótica que no hayáis probado nunca”
La gran pregunta es: fueran estos u otros, ¿hemos hecho algo de lo
que nos prometimos que íbamos a hacer? ¿Hemos aprovechado el año? ¿Estámos satisfechos?
¿Nos sentimos realizados? Pues bien, ni nos lo planteemos. El 2015 se acaba
hoy. Si empezamos a arrepentiros el último día del año de lo que hemos o no
hemos hecho, volveremos a ese círculo vicioso del que pecamos los humanos de
vivir anclados en el pasado sin que éste nos deje avanzar, o añorando un futuro
que nunca llega y que nos conduce a la frustración. Así que da igual lo que
haya sido 2015 para nosotros. A partir de las 00:00 de hoy pensemos que lo
único que atesoramos es el presente, y que como decía Mandela, somos los amos
de nuestro destino y los capitanes de nuestras almas.
Muchos de los que leéis este email no habéis tenido vuestro mejor
año, y para otros ha sido el peor: por lo profesional, sentimental,
familiar…así que si hacéis memoria seguramente por mucho que hayáis hecho
grandes cosas, puesto toda la carne en el asador, sido felices durante parte o
gran parte del año, lo normal es que tendamos a dejarnos colapsar por la parte
negativa si ésta ha sido muy grande, y por el contrario nos dejemos llevar por
la euforia si ha sido mayoritariamente bueno. Lo de borrón y cuenta nueva es lo
que se suele decir, pero no lo comparto. Creo que aunque no haya que vivir en
el pasado, no hay que olvidarlo: es la experiencia que nos llevamos, lo que nos
hace aprender de los errores cometidos, y lo que nos enseña a ver cómo hemos
sido capaces de reaccionar ante las adversidades. Pero eso no impide que
tenemos el deber cada uno de nosotros, por nosotros mismos para empezar, de sonreír al 2016. No una sonrisa forzada, sino sincera y que contagie. O
acaso si os rodeáis de gente que está triste, ¿no os ponéis vosotros tristes? O
si os rodeáis de gente que sonríe, está alegre y feliz, ¿no se os pega esa sonrisa,
alegría y felicidad? Nunca desestiméis el poder de una sonrisa en una sociedad
en la que los sentimientos, buenos o malos, son fácilmente contagiosos.
Por eso, amigos míos, no olvidéis el 2015, y sonreídle al 2016.
Feliz Año Nuevo.
P.D.1:
lo sé, a los que os ha llegado esto por email, os he reenviado un mdv de hace
unos días, pero tranquilos, es el último así que da igual, no os quejéis tanto.
P.D.2: a quienes os hayáis creído el origen de la
expresión “quedarse tan pancho”, Feliz Día de los Inocentes atrasado porque me
lo he sacado de la manga pero a niveles exagerados (expresión “sacar de la
manga” que proviene de…que nooo que es broma, ya os dejo). Apuntaros eso para
2016, leed e informaros más, miarmas, que con el panorama político que nos
espera no es mala idea.
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