viernes, 21 de diciembre de 2012

38 días

Pocos días antes de volverme a Sevilla por las vacaciones de Navidad entro en el Correos italiano para enviarle una carta a un amigo mío. Dentro hay una tienda donde, entre otras cosas, se venden imanes para frigoríficos. Algo aparentemente bastante inútil. Mientras espero mi turno aburrido, me da por fijarme en los mensajes que contienen, y sorprendido leo uno que me llama la atención:

Sempre che mi chiedono per la mia età, non posso dirla con correttezza...cambia ogni giorno (Siempre que me preguntan por mi edad, no puedo decirla correctamente...cambia todos los días)

Después de esto, es lógico que muchos penséis "Santi se emociona con cualquier cosa" ó "que le tenga que hacer reflexionar sobre eso un maldito imán para frigorífico..." Pues qué le vamos a hacer, estaba en mis últimos días antes de volverme a España por más de un mes y el "espíritu navideño" estaría latente en Correos. Y ahora me pilláis recién aterrizado en Sevilla.

En las pocas horas que llevo aquí he podido apreciar que en estas épocas se dan siempre las mismas noticias (quitando la que se refiere al hecho de que hace mucho tiempo unos señores decidieron parar su calendario el 21 de diciembre de 2012). La Lotería de Navidad, las compras navideñas, las diversas opciones de ocio para fin de año, lo caras que están las gulas y las gambas en el mercado, los niños que entran en el salón y abren los regalos de Reyes...el espíritu navideño que estaba en hibernación sale de su letargo y vuelve a inundar calles con luces, olor a castañas asadas y belenes.

Y junto con él, también salen de su letargo las ganas que tenemos todos de celebrar la vida y pasarlo en grande. En vez de sentirnos tristes por pensar que un año se ha acabado y no se volverá a repetir nunca jamás, celebramos que otro año comienza. Optimismo, que dirían algunos. Yo prefiero llamarlo falta de memoria.

Sí, porque parece que tengan que llegar los fines de años, las fiestas del verano, nuestros cumpleaños, la Feria de Abril o Semana Santa, para que recordemos que "joder, estamos aquí, la vida son dos días y hay que aprovecharla al máximo". Y quizá la culpa la tenga el hecho de que contamos nuestra edad por años. Como bien rezaba el imán, no es lo mismo que yo diga que tengo 23 años y unos meses que diga que tengo, aproximadamente, 8.617 días. La concepción de la vida cambia. Y sobre todo si me pongo a pensar en que me quedan aquí, si seguimos estadísticas y tengo suerte, unos 20.948 días de ella.

Pero tranquilos, esta entrada no quería que fuera para ponerme pesimista y triste y agobiaros a vosotros haciéndoos calcular los días restantes que os quedan en la Tierra. Todo lo contrario.

Llevo 91 días en Pavía. Y parecen muchos más. He viajado, he conocido gente, he bebido, he estudiado, he unido las noches con las mañanas, he fumado, he besado, he abrazo, he reído y aún no he llorado, pero tiempo al tiempo. Y todo en un modo tan intenso que cada día parece más cierta la afirmación que hizo un amigo mío: "el Erasmus es un paréntesis en tu vida donde parece que aprovechas el tiempo 10 veces más de lo que lo hacías antes".

Fuera del Erasmus, tengo una vida increíble: una familia que me quiere, amigos a patadas dispuestos a darme un sincero abrazo cuando me ven de vuelta, salud, dinero más que suficiente, estudios, suerte prácticamente en todo lo que he hecho. Y sobre todo una actitud de atesorar el tiempo que comparto con muchos de los que están a mi alrededor. Pero parece que el Erasmus exprime al máximo el concepto del tempus fugit por aquello de que dura lo que dura y en el paréntesis que definió mi amigo crea una atmósfera de juventud eterna que parece que nunca se va a acabar. Pero se acaba, chavales, se acaba.

Así que me gustaría que algunos de los que estáis leyendo estas líneas tengáis presentes que, por mi parte, tengo 38 días en Sevilla para disfrutar de vosotros. Y después volveré a Pavía donde os pido a otros por favor (aunque sé que no hace falta) que aprovechemos juntos cada uno de esos días, dándonos la sensación de que todos aportaron algo y ayudaron a que no tuviéramos que contar los que nos quedaban allí.

Yo pienso ayudar a ello. 


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Allontanarsi dalla linea gialla


Después de dejar esta pancarta en Pavía (quien necesite explicación por si no se imagina algo ya, que revise mi Facebook o en su defecto me pregunte directamente), dormir unas dos horas escasas porque sólo a mí se me ocurre salir en plan destroyer el día de antes de un viaje, continuar mi proyecto de pagarle la Universidad a los hijos del propietario del Burger King de Milano Centrale, y coger un tren de 3 horas, llego a Bologna. 

Pablo me lleva a su casa, muy cerca de la estación: menudo kely. Vive con un italiano del sur bastante tranquilo (como esto es público me ahorraré otro tipo de comentarios). Pablo me empieza a devolver los cuidados que le presté en Pavía en forma de almuerzo y me deja que me duerma una siesta tranquilo mientras él va a clase. Cuando suena el despertador me acuerdo de Vasallo y la hora en que decidió venirse aquí, pero como buen colega que soy lo voy a recoger a la estación. Una vez reunido "el Tridente", nos vamos a dar una vuelta donde empiezo a conocer los 7 secretos de la ciudad. GRANDE. 

Por la noche, y después de haber alumbrado la vida de Pablo con el vídeo del "Pulcino Pio" que no conocía, nos lleva con otros amigos a cenar a una pizzería. ¿Cenar? Perdón quise decir CEBAR. Cuando me traen la mía me atraganto con el agua y le digo al camarero que se han equivocao, que yo pedí una de tamaño normal, no XXXXL. La mira, me mira, y dándome una palmada mental en el hombro me dijo "chaval, ésta es la normal":


"Al menos con lo que hemos comido no va a haber Dios que nos emborrache". Mientras pienso esto, me tapan los ojos. Toco pelo largo detrás mía, me giro y la veo: Alessandra Liberti. Y Alice Fiorini. (((Dos italianas que estuvieron de Erasmus el año pasado en Sevilla))) MALDITO PABLO Y LA SORPRESA QUE ME HA DADO. Pos nada, habrá que intentar emborracharlas a ellas. MISSION FAILED, pero al menos podemos decir que nos echaron de la casa de unos amigos de Pablo los vecinos diciendo "OLA K ASE" por estar demasiados bebiendo y que desfasamos bailando el Gangnam Style en una discoteca.


No será el mirador de Florencia, pero tiene su encanto. Concluimos de ver en la mañana del viernes los 7 secretos de la ciudad (me han enamorao) y comemos unos gnocchis en casa de Pablo que prometo plagiar.  La tarde es tranquila hasta que nos da por poner EL MALDITO MEJOR HIMNO DE LA HISTORIA: NO VEAS CÓMO LO PARTE EL PP. Dramatización no incluida por querer seguir teniendo vida social, pero creedme: ES ÉPICA. Por la noche, después de beber en casa de unos desconocidos, los cuales tenían unas luces navideño-epilépticas-del-demonio, nos encaminamos a una discoteca. Alguien abre la puerta del portal y recibe un bolazo de nieve. AFIRMATIVO: HA NEVADO A JIERRO. ESTO ES LA JODIDA GUERRA. 

No hubo muertos pero casi. La discoteca se llamaba "Corto Maltese" y me enamoró. El DJ era de Tomares (o eso recuerdo) y la música era literalmente LA OSTIA. Vale que si la ponen en España me vendría arriba aunque de un modo moderado. Pero claro, te la ponen en Italia y que nadie se me ponga por delante que lo parto tó: reggaeton, Ska-p, Mago de Oz, peticiones de música española variada, etc. Apoteósico. 

El sábado nos damos más margen para dormir y apenas si salimos de casa. Además hace un frío del carajo y aún hay nieve, así que encontramos el último vídeo definitivo, patrocinado por Trenitalia y la mítica grabación que todo ser que se precie y haya viajado en tren por aquí habrá oído: 



Después de comernos la tremendísima cena que nos prepara Vito (una amiga de Pablo) salimos. La casa a la que vamos a beber...bueno, digamos que antes de que se convierta en un Project X en toda regla la Policía llega y observa impertérrita como tardamos en desalojarla 30 minutos. Allí salía pipol hasta del techo. 2 de 3 noches desalojados, misión de reventar Bologna cumplida. Del resto de la noche destacaré que nos pusieron unos macarrones en la discoteca a las 3 de la mañana los cuales "el Tridente" engulló como si llevásemos décadas sin probar bocado. PUTOS GORDOS.

P.D: gracias a Pablo por acogernos en su morada y gastarse el taco por nosotros. A Vasallo por dar la talla como siempre. Y a todos los amigos de Pablo en Bolonia que son unos carsaos de la vida, pero que no se olviden que ME PRENDAN QUESTA. 

lunes, 10 de diciembre de 2012

Torino sin premio


Así soy recibido en la estación de tren de Turín.

Mis bellissimas niñas italianas, Giulia e Ilaria, me vienen a recoger con una pancarta que no augura un mal fin de semana. Como en plan GORDO me había comido un menú del Burger para desayunar en Milán, no me hace falta almorzar, y maleta en mano me dan una vuelta por la ciudad. Mu bonito tó. 

Giulia se quiere hacer un tatuaje de la madeja del símbolo de Sevilla (se ve que le dejó marcada, si es que mi Sevilla es mucha Sevilla) y la acompañamos al sitio correspondiente. Mientras saludamos al colega que le va a hacer el tatuaje, nos dice en voz baja cual mala cotilla que nos asomemos un momento que está un atleta del equipo olímpico de natación. Si sería de verdad o no, no lo sé, pero espero que no pensara "vaya tío maricón" al ver mi cara cuando de repente salió del baño sin camiseta. 

Después de hacer el descubrimiento del mes, el café marrocchino (sin premio) con Nutella untada en los bordes del vaso (((cara de Homer Simpson baboso))), nos vamos a casa de Giulia a relajarnos antes de la fiesta. Vive con un siciliano tó güena gente y otra chica que llega el domingo y que por azares del destino conoceré ese día y me enamoraré. Nos han invitado a ir a casa de uno de sus amigos a cenar y tomar algo, y a ello se nos une la otra Ilaria (habrá pocas Ilarias en Italia y yo las conozco a todas). Antes de llegar a esa casa recogemos en Piazza Vittorio a Pablo, que por fin el mamón no está malo. Una vez terminado de asustar a sus amigos con las desfachateces que gritamos al vernos (en verdad dudo que se asustaran, si conocen medianamente a Pablo...), nos vamos a la casa esa donde todo lo resumiré con una foto:


Como Pablo está en Turín por un viaje organizado con su Asociación Erasmus de Bologna y no es plan de dejar a sus amigos sin su presencia (y especialmente sin la mía, ya que estamos en la misma ciudad... #Humildat), nos vamos a terminar la botella de Pampero al botellón que tienen montado en la calle. Después nos vamos a una discoteca de allí cerca donde una tal Victoria (alias Vito) tira deliberadamente de mí y hace que nos caigamos de espalda en medio de la discoteca. Muy buena presentación en sociedad a los amigos de Pablo en Bologna. Quiero agradecer profundamente desde aquí a Vito su ayuda. Cerramos la noche en otra discoteca donde haciéndonos pasar por españoles (mmmm sí, un poco raro, me tuve que hacer pasar por un Erasmus español que no tenía ni papa de italiano, y lo mismo las italianas) conseguimos entrar sin pagar. Buena música, se notaba que la ponían acorde a los cientos de Erasmus españoles que había allí metíos. 

Y llegó el sábado. Momento en que dejo la casa de Giulia para irme a la de Sofia, chica portuguesa que conocí en Siena y que está en Turín ahora por 6 meses. Vive en un piso en el centro donde convive con el ciento y la madre de peña, entre ellos con una chavala de 30 y pocos años, china, y con dos niños. Sin sentido. Sobra decir que la madre es la primera en pegarse unas juergas padres considerables, y en llevarse de vez en cuando los niños a la fiesta. Aro que sí, mu wena educasión pá esos niños. 

Y llegó el sábado noche. Sofia me había avisado que había una fiesta tremenda por la noche, pero se ve que o no me la explicó bien o el alcohol está borrando mi capacidad de atención. Pago 15 euros, me llevan en coche a una casa en el campo...y comienza la "American Party". 

Seguramente todos hemos visto la típica película americana donde un jipi que nadie conoce ha abierto las puertas de su casa de dos pisos y con jardín (piscina también si estamos ante el nivel Premium), hay un tal John que quiere perder esa noche la virginidad con una tal Jessika, y hay un gordo borracho que termina por ser el alma de la fiesta y por ligar más que el chulito del capitán del equipo del insti de fútbol americano. Pues yo ya puedo decir que he estado en una parecida. 

Cuando menos gente hay al principio de todo me dan de comer, y luego la casa se prepara. Altavoces industriales, mesa de DJ, barra en la cocina donde unos encargados te dan de beber lo que le pidas hasta que termina la fiesta, portero para controlar los desfases, guardarropa improvisado, segunda planta sólo para VIP's (donde por cierto entré porque yo soy así, un carsao). La cosa viene a desmadrarse cuando llegan a la casa las 300 personas que estaban calculadas que iban a venir. Mae mía, loco. Project X. Concursos de beber cerveza con embudos y gafas de buceo, gente que va grabando vídeos profesionales rollo Tomorrowland, pistolas de agua con bebidas espirituosas, mucha música, máquina de humo, y nos dan las 6 de la mañana. Cuando me voy de la casa el último, por allí parece que hubiera pasado un tornado borracho. 

A la mañana siguiente lo que queda de mí abandona Torino (SIN PREMIO) sin haber hecho mucho turismo, con ganas de volver, teniendo que hacer una visita express a casa de Giulia a recoger mi cargador olvidado, con un jersey menos (se me va la pinza) y con unas ganas locas de que me vuelvan a invitar a un fiestón como el del sábado.