martes, 20 de noviembre de 2012

My generation

Mientras muere el día en que se cumplen dos meses desde que llegué a Pavía, me da por releer una noticia que me dejó hace unas semanas bastante impactado. 

Seguramente todos, y sobre todo porque ni siquiera ha pasado un mes, recordéis la noticia de las chicas muertas en la fiesta de Halloween en el Madrid Arena. Leí varios artículos al respecto, y sobre todo alguna que otra editorial que me dejó un tanto perplejo. En ellas algunos periodistas descargaban su ira, seguramente por no haberla metido el día anterior. Frases como "es que claro, los jóvenes de hoy en día ya no saben divertirse", ó "menudo futuro le espera a España si las futuras generaciones son así" era lo más bonito que se decía sobre mi generación.

A los pocos días de leer a estas eminencias y de que Botella (que espero que reciba un merecidísimo Premio Nobel algún día) prohibiera eventos del estilo en recintos municipales, saltó una noticia en la red que espero leyeran los superdotados de aquellos periodistas tan pesimistas con mi generación. Begoña, una chica de 20 años que se encontraba en la fiesta y que empezó a ser aplastada por la gente, fue salvada por un chico anónimo que no tenía nada mejor que hacer que jugarse su vida y abrirle hueco para que pudiera respirar. 

Muchos se quedarían atónitos leyendo esto. ¿Un chaval joven? ¿Haciendo algo diferente a beber, fumar y salir de fiesta? ¿Preocupándose desinteresadamente por una vida ajena y sin querer ganar protagonismo luego? Algunos debieron de quedarse flipando. Y cuando leyeron la noticia de Malala en Pakistán, ¿qué pensarían? "Deja de quedarte conmigo, esa noticia tiene que ser mentira". 

Mentira o no, el caso es que como miembro de una generación que recibe palos por todos lados (como todas lo habrán hecho, claro está), quiero hacer una declaración a favor, no ya del futuro que daremos (pues no puedo tampoco poner la mano en el fuego por el mañana), sino por el presente que muchos de los que tengo la suerte de rodearme están otorgando. 

Estoy pasando mi segundo año en el extranjero y gracias a ello he conocido jóvenes no ya sólo que no son ninis, sino que trabajan y estudian al mismo tiempo. Además interesados en política y asiduos en manifestaciones diversas. Afectados por los problemas sociales de su entorno. Personas que con mi edad ya han estado de voluntariado más de una y dos veces. Amantes del cine y asiduos lectores. Viajeros y aventureros. Poetas. Escritores. Pintores. Genios y artistas de cualquier instrumento. Estudiantes de todo matrículas. 

Pero sobre todo he conocido buenas personas. Independientemente de su expediente o su cociente intelectual, son personas que se preocupan por los que están a su alrededor. Que organizan fiestas sorpresas de cumpleaños sólo por ver sonreír al homenajeado. Que te llaman simplemente por saber dónde estás y si pueden pasar un rato contigo. Gente dispuesta a escuchar tus problemas antes que contarte los suyos. Y eso que no son amigos de los considerados (aunque no lo sean literalmente) de toda la vida. Esos serían punto y a parte y se merecen un blog entero para ellos. 

No sé el futuro que nos espera a una generación bombardeada por datos económicos negativos, cambio climático, corrupción política, distanciamiento cada vez peor entre los polos ricos/pobres, un entorno internacional algo caldeado, y algunas otras cosas. Pero de algo estoy seguro. Que contra lo que muchos gritan que es ya una "generación perdida", habrá muchos luchando por demostrar que nada más lejos de la realidad. Aquí estamos y seguiremos, le pese a quien le pese. Y para todo crítico voraz de los jóvenes de hoy en día, que piense detenidamente en lo que ya dijo Sócrates: "educad a los niños, y así no tendréis que castigar a los hombres".


domingo, 11 de noviembre de 2012

De "placas" y otras visicitudes

"Mi amigo es la ostia. Vaya personaje. ¿Pensáis que se me va la pinza a mí y suelto lo primero que digo por la boca? Pues esperad a conocerlo. Buah, vais a flipar, os vais a reír como nunca en vuestra vida. Vaya finde que vamos a pasar"

Así presenté más o menos a Pablo a mis amigos de Pavía. Pablo Olmedo, Neopablinho, Pablo Qué Tal o Paolo Come va en versión italiana, iba a entrar en acción desde el jueves en Pavía. En perspectivas de un fin de semana bastante tranquilo o aburrido porque el Evento Nazionale de invierno celebrado en Roma acaparaba el 90% de la población Erasmus de esta ciudad, la visita de Pablo me abría un halo de luz con sonido celestial en el campo de nubarrones que se cernía sobre mí. 

- Santi, llego el jueves a las 10 y algo de la noche a Pavía. Tenme preparado algo que vamos a reventar. 

Ésas fueron básicamente sus palabras unos dos días antes de llegar.

- Santi, me duele la garganta un huevo, creo que tengo placas y me está subiendo la fiebre. 

Ésas fueron básicamente sus palabras a las 6 de la tarde, recién montado en el tren que le traía aquí.

Pues naaaada. Caldito, cremita de setas, puré de patatas, ibuprofenos y paracetamoles y mucho mimo. Ni su madre ni la susodicha que tenga por ahí el nota este le hubieran cuidao mejor. Hasta le he traído las 3 noches que ha malvivido por aquí (saludablemente hablando, se quejará el mamón de lo gordo que se ha puesto a mi costa) la fiesta a casa. Y mujeres, que la fiesta sé que sin poder beberse el Pampero le sudaba bastante. 

En fin, sigo sin poder hacer turismo por esta ciudad, a pesar de que confiaba en que este hombre me sirviera como excusa para descubrir qué hay por aquí que ver (aunque me temo que poco...). De todas formas, no podemos decir que nos lo hayamos pasado mal. 

Además, VOLVERÁ. Y YO VOY A IR A BOLONIA EN DICIEMBRE. Y COMO ME PONGA MALO O A ÉL LE DE POR PARTIRSE ALGO VOY A INVOCAR AL KARMA Y LE VOY A METER UN PAR DE OSTIAS QUE SE VA A CAGAR. 




P.D: yo sigo sin creerme esto:


P.D.2: qué grande este anuncio: